LAUDES DEL LUNES 1 DEL SALTERIO
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LÁUDES MUSICAL
LUNES 1 (Semana 1 del salterio)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio.
R. Señor,
date prisa en socorrerme.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como
era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
HIMNO:
1. Dejado ya el descanso de la noche,
despierto
en la alegría de tu amor,
concédeme
tu luz que me ilumine
como
ilumina el sol.
No sé lo
que será del nuevo día,
que entre
luces y sombras viviré,
pero sé
que, si tú vienes conmigo,
no
fallará mi fe.
Tal vez me esperen horas de
desierto
amargas y sedientas, mas yo sé
que, si vienes conmigo de camino,
jamás yo tendré sed.
2. Concédeme vivir esta jornada
en paz
con mis hermanos y mi Dios,
al
sentarnos los dos para la cena,
párteme
el pan, Señor.
Recibe,
Padre santo, nuestro ruego,
acoge por
tu Hijo la oración
que fluye
del Espíritu en el alma
que sabe
de tu amor. Amén.
SALMODIA
Ant. 1: A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
1. Señor, escucha mis palabras,
atiende
siempre a mis gemidos,
hazme
caso en mis gemidos,
y en mis
gritos auxíliame,
¡Rey mío,
Tú eres mi Dios!
Que se alegren,
Señor, los que se acogen a ti,
les protegerás, y
les darás de tu Paz,
de tu amor, para
siempre, por siempre, Señor.
2. Te suplico, mi Señor;
por la
mañana oirás mi voz,
por la
mañana te expongo mi causa,
y me
quedo aguardando.
¡Rey mío,
Tú eres mi Dios!
3. Detestás a los malhechores,
destruyes
a los mentirosos;
al hombre
sanguinario y traicionero
lo
aborrece el Señor.
¡Rey mío,
Tú eres mi Dios!
4. Pero yo, por tu gran bondad,
en tu
Casa entraré,
me
postraré ante tu Templo santo
con toda
reverencia, Señor.
¡Rey mío,
Tú eres mi Dios!
5. Guíame con tu justicia,
porque
tengo enemigos;
alláname
tu camino.
Bendíceme,
mi Señor.
¡Rey mío,
Tú eres mi Dios!
Ant. 1: A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Ant. 2: Alabamos, Dios nuestro, tu Nombre
glorioso.
Alabamos, Dios nuestro,
tu Nombre glorioso.
Bendito
eres, Señor,
Dios de
nuestro padre Israel,
por los
siglos de los siglos.
Tuyos
son, Señor, la grandeza y el poder,
la
gloria, el esplendor, la majestad,
porque
tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres
rey y soberano de todo.
De ti
vienen la riqueza y la gloria,
tú eres
Señor del universo,
en tu
mano está el poder y la fuerza,
tú
engrandeces y confortas a todos.
Por eso,
Dios nuestro,
nosotros
te damos gracias,
alabando
tu nombre glorioso.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre,
por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2: Alabamos, Dios nuestro, tu Nombre
glorioso.
Ant. 3: Póstrense ante el Señor en el
atrio sagrado.
1. Rendid a Yavé, santos del Señor
gloria y
poder al que hace la creación.
Rendid
honor al glorioso Nombre del Señor,
y
alabadle en su santo esplendor.
Sobre los mares
resuena la voz de Dios,
glorioso es Dios, su
voz hace temblar,
qué poderosa es la
voz del Altísimo.
Aleluya... su voz
desgaja los cedros del Líbano.
Aleluya...la voz del
Señor lanza llamas de fuego.
Aleluya...sacude los
bosques la voz del Altísimo.
Aleluya...y en su
santuario gritan: ¡Gloria!
2. Sentado está Dios sobre la
tempestad,
sentado
está Yavé cual rey eterno.
La fuerza
da al que pone su confianza en El:
¡Yavé
bendice a su pueblo con Paz!
Ant. 3: Póstrense ante el Señor en el
atrio sagrado.
LECTURA BREVE
2 Tes. 3. 10b-13
10 El que no quiera trabajar, que no coma. 11 Ahora, sin
embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, no haciendo
nada y entrometiéndose en todo. 12 A estos les mandamos y los
exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse su pan.
13 En cuanto a ustedes, hermanos, no
se cansen de hacer el bien.
Responsorio breve:
V. ¡Bendito sea el Nombre del Señor,
desde
ahora, y para siempre.
R. ¡Bendito sea el Nombre del Señor,
desde
ahora, y para siempre.
V. Solo Él hizo maravillas.
R. ahora, y para siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
V ¡Bendito sea el Nombre del Señor,
desde
ahora, y para siempre.
CÁNTICO EVANGÉLICO: Benedictus
Ant. Bendito sea el Señor, Dios
nuestro. [ Lc.
1. 68 ]
Bendito es el Señor,
Dios de Israel,
porque Él nos
visitó, y a su pueblo liberó.
1. Nos ha suscitado un Salvador
de la
casa de David, su servidor.
Así
anunciado años atrás
por la
boca de sus santos profetas:
nos
salvará de nuestros enemigos
y del
poder de todo el opresor.
2. Así demuestra hoy Dios su bondad
y su
santa Alianza él recordará,
como le
juró a nuestro padre Abrahám,
concedernos
que en la libertad
lo
sirvamos sin temor y en santidad
para
siempre y con toda dignidad.
3. Y tú, pequeño niño,
serás
profeta del Altísimo,
pues
llegarás delante del Señor
a
prepararle el camino,
anunciando
a todos que su salvación
será por
medio del perdón.
4. Será por obra del Señor,
que desde
el cielo nos visitará el sol,
para
alumbrar a todos los que están
bajo la
muerte y la obscuridad.
Y
nuestros pasos siempre guiará
por el
camino seguro de la paz.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios
nuestro. [ Lc.
1. 68 ]
PRECES:
Concédenos, Señor, tu Espíritu.
*
Concédenos, Señor, un día lleno de paz, de alegría y de inocencia
― para
que, al llegar a la noche, podamos alabarte con gozo y limpios de pecado.
* Que baje
hoy a nosotros tu bondad
― y
haga prósperas las obras de nuestras manos.
*
Muéstranos tu rostro propicio y danos tu paz
― para
que durante todo el día sintamos cómo tu mano nos protege.
Se pueden agregar o añadir algunas
intenciones libres...
* Mira
con bondad a cuantos se han encomendado a nuestras oraciones
― y
enriquécelos con toda clase de bienes.
PADRE NUESTRO:
Terminemos
nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó:
Padre Nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Dános hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del Mal. AMÉN
ORACIÓN FINAL:
Tu gracia, Señor, inspire nuestras obras, la sostenga y acompañe; para que todo nuestro trabajo brote de ti, como de su fuente, y tienda a ti, como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo.
CONCLUSIÓN:
V. El Señor nos bendiga, nos guarde,
de todo
mal, y nos lleve a la Vida Eterna.
R. Amén, amén, amén.
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